domingo, 28 de julio de 2013

Artículo: Terapia Psicoespiritual

La perspectiva de la esencia

El momento más importante de la vida es el proceso vital que tenemos. Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana, y venimos a transitar el viaje de regreso a nuestra luz esencial. Venimos de Dios para retornar a Dios por eso, nuestra vida tiene sentido. Todas las situaciones que atravesamos son guiadas por nuestra Esencia, como oportunidades para emprender este regreso.
Cuando la Esencia tiene hambre y aspira a que estés vivo en tu vibración espiritual, no es posible nutrirla con interpretaciones racionales, con objetivos, con afirmaciones de la personalidad. La esencia quiere que cambiemos nuestra frecuencia, que subamos a su octava superior de conciencia. La curación se basa en estar abiertos al todo, estar dispuestos a abandonar todo lo que frustra o retrasa (las ideas equivocadas, los sentimientos negativos, la mala alimentación, la forma de vida poco recomendable) y aceptar un espectro más amplio de reacciones con nuevas ideas, experiencias y prioridades.
Las Terapias tradicionales operan en la tercera dimensión del Ser, intentan ayudar a afirmar el Yo de la persona, pero muchas veces fracasan porque no es posible asistir lo que no se conoce…
Cuando la premisa es vivir plenamente desde la Esencia, el Trabajo como Terapeutas o facilitadores cambia radicalmente. Este enfoque terapéutico sigue un sentido, ser del mundo pero no pertenecer a él…
Ser del mundo porque estamos aquí por un profundo compromiso que hicimos antes de nacer. La mirada enfocada en la Esencia implica penetrar y vivir con conocimiento de la Ley de Causa y Efecto, si como ser espiritual he encarnado en la Tierra, un planeta material, es porque aún quedan causas que limpiar y trascender, entonces, no vine a aquí para recibir, Ser del mundo implica que al mundo me debo, que vine a servir. Como dice el Padre Nuestro todos tenemos nuestras deudas, tenemos una responsabilidad y venimos a cambiar nuestro corazón.
Y Ser del Mundo también porque en esencia somos al mismo tiempo nosotros mismos y todo el Universo, pulsamos en cada latido... Yo soy vos y vos soy yo… In lakech… ama a los demás como a ti mismo… esto es Ser del Mundo.
Pero no pertenecemos a él… Nuestra esencia pertenece al Cielo, no al mundo material, nuestra Esencia obra a imagen y semejanza de Dios con sus mismas cualidades, no con las reglas dadas en el mundo de tercera dimensión: tener, hacer, acumular, ganar, tener éxito o fama, etc. Si vivo siendo pero sin pertenencia, vivo libre de apegos, de necesidades, de deseos, de gustos, de juicios. Como nada me pertenece todo lo que llega es un regalo y puedo agradecerlo y apreciarlo. Como nada me pertenece todo lo que se va nunca fue mío. Si puedo lograr no pertencer mi corazón estará alegre y en un estado de simplicidad original.
El hombre común vive como si no fuera del mundo pero éste le perteneciera. Siente que todos tienen una deuda con él y él tiene derecho de usar a su criterio todo lo que en verdad se le ha dado por gracia. Olvidamos el respeto, la responsabilidad, la benevolencia, la cortesía, no sabemos qué es lo justo, no tenemos sabiduría, pero sí consideramos “natural y legítimo” satisfacer nuestros deseos y nuestros gustos y evitar -a toda costa- el displacer.
Desde esta perspectiva, al toparnos con la impermanencia de las cosas sufrimos y nos enojamos. Esta experiencia se graba y aparece el miedo de que otras cosas también se movilicen o se nos pierdan y buscamos controlarlas… y así ponemos en marcha nuestra mente y nuestra voluntad egóica. Comenzamos a creer que todo ocurre a causa nuestra y creemos que la verdad se alcanza a través de la razón, sin darnos cuenta que es de este modo como nos desconectamos y separamos de la corriente de la vida.
Hoy las tradiciones más antiguas así como la ciencia más avanzada coinciden en describir todo movimiento de la mente como un producto de la memoria, esto quiere decir que cada vez que pensamos e interpretamos las cosas estamos proyectando el pasado, implica que no podemos ver el presente, no podemos ver la realidad. Cómo podremos ser libres y vivir una vida plena y con gracia desde una mente sujeta a la memoria, condicionada al pasado?
Esta limitación nos impide conocer la Verdad y vivir desde la Esencia que es Virtud.
Hablar de Virtud suele movernos el corazón… pensamos que es para los Santos, para los iluminados, que es muy difícil, que a mí no me importa ser un virtuoso, que porqué ser virtuoso si otros no lo son, que hay que renunciar a muchas cosas…
Quiero recordarte hoy que a esto has venido… vivir sin Ego es vivir en la Virtud, la Virtud es la naturaleza de la Esencia. Mmmmm… ¿suena difícil? La dificultad es una adicción de la Mente… el pensamiento que surge al sentir que tenemos que alcanzar el resultado ya y sin ningún proceso movidos por la evitación del displacer.
Sólo se trata de caminar el camino de regreso y caminar es la acción donde un pie avanza unos centímetros por delante del otro. Todo camino conduce siempre a algún lugar, si te enfocas en dar cada uno de tus pasos con algunas premisas verdaderas puedes comenzar a transitar el camino de regreso a la esencia. Algunas de las cosas que necesitas en tu viaje son:
  • Detenerte y alcanzar un estado de quietud interna. Lleva claridad y orden a tu mente. Si tu mente está llena de prejuicios e ideas, cómo podrías confiar en que ella puede ver la verdad?
  • Conviértete en un acechador, dirían los chamanes, o un observador de ti mismo, despierta a la atención plena, esto es: mirar cómo hago las cosas, cómo siento, nombro aquello que está debajo de lo aparente en mí. Aprendo a discernir y me vuelvo una luz, un candil para mí mismo.
  • Suelto los juicios, los gustos e interpretaciones de las cosas. Si aparecen los suelto, simplemente, reconozco que son ilusión, condicionamiento, adicción a viejas experiencias. Decido, conscientemente, “barajar y dar de nuevo”. Hemos recibido una gran bendición y esto es la Presencia, practicar la Presencia es hacerte nuevo al aquí y ahora. Tu Ser es como una pizarra mágica, siempre que quieras conectarte con el aquí y ahora puedes borrar lo que estaba escrito y quedar en blanco
  • Siempre tengo presente cuidar y respetar a todos los seres vivos (ellos son yo), y considerar como prioridad el preservar la armonía. Esto te incluye también a ti. La armonía, como la confianza, es como un cristal muy finito, muy fácil de romper. Considero esto en profundidad, qué es más importante, que las cosas sean perfectas o que sean armónicas?
  • Irradio siempre lo mejor de mí mismo, en cualquier situación aún la más difícil. Las semillas que siembro darán los frutos que le corresponden, si mis semillas son de naranja, naranjas obtendré. Si cuido mis semillas cuido mi corazón
  • Dejo de posponer o justificar. El único momento que existe es ahora. La oportunidad de la plenitud es hoy!
  • Antes de ir ciegamente tras mis deseos , considero…. El Universo se enriquece con éste deseo mío? Hay algún ser sintiente que sufra si lo llevo adelante? Este deseo, me aleja o me acerca a Dios? El deseo puede tener muchas formas, no solo son cosas, personas, emociones, experiencias, autoimagen…
  • Dejo de esperar qué hay para mí en cada situación, obtener algún beneficio, material, afectivo, espiritual.
  • Me olvido de todo cuanto doy y cuanto hago. No hay Quien hace, es el Todo haciendo
  • Vivo día a día. No me anticipo, el mañana se construye en plenitud cuando el presente es vivido plenamente, cuando ahora hago lo que es requerido, no por mí, sino por el Universo. Suelta, suelta, suéltate… todo ya se te ha dado si tus ojos frescos lo pueden mirar
  • Si tus ojos ven error en los demás, cuídate de no repetirlo y confirma en los otros la luz de su Esencia sabia que los guía en su propio proceso. Me recuerdo siempre atender y comprender a quien no ha visto aún la luz sobre alguna situación y continúo dándole luz
  • Evito quejarme, defenderme, luchar, culpar o huir de cualquier situación que me toque vivir. La no aceptación es origen del sufrimiento y reconozco que la Maestría está en saber seguir el Orden Perfecto, porque de esa situación algo aún tengo que aprender. Cuando haya aprendido de ella, mi realidad cambiará a otra experiencia de aprendizaje.
  • Siempre que veas algo en lo que te has equivocado arrepiéntete con toda la sinceridad de tu corazón, profundiza en darte cuenta del error pero no cargues con culpa, si te has equivocado es porque aún no sabías, pero ahora que te has dado cuenta de la verdad comprométete con ella
  • Agradece siempre la oportunidad de ver tus errores, si tu corazón es sincero podrás recibir la gracia de verlos todos y transformarte totalmente. El error es un pacto… entre la ignorancia y la sabiduría!
  • Comienza el día con alegría y palabras de agradecimiento en tus labios, esto eleva tu conciencia de inmediato. Lo mismo haz al irte a dormir y entonces te será más fácil despertar agradecido
  • Brilla!

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